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¿Debería un benchmark verde incluir acciones de empresas de combustibles fósiles?

Hacia una selección dinámica de factores: S&P ECFR Index

Ganar perdiendo menos

Destacando la serie de índices S&P/BMV

Desempeño de los mercados de América Latina en el tercer trimestre de 2019

¿Debería un benchmark verde incluir acciones de empresas de combustibles fósiles?

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Mona Naqvi

Global Head of ESG Capital Markets Strategy

S&P Global Sustainable1

A medida que la inversión verde sigue masificándose, aumenta también el escrutinio del sinfín de productos de inversión “amigables con el medio ambiente” que han surgido. Por ejemplo, se ha criticado a muchos benchmarks clasificados como “verdes” por incluir acciones de petróleo y gas, lo que ha generado algunas controversias dentro de la comunidad de inversión sustentable. No obstante, si bien los esfuerzos para mejorar la transparencia de los productos financieros son loables, no todos los argumentos a favor de la desinversión son exhaustivos y precisos. A menudo, la desinversión responde más a un tema de principios que a la practicidad cuando se trata de la transición hacia una inversión con bajas emisiones de carbono.

Como proveedor de índices independiente, S&P Dow Jones Indices tiene la responsabilidad de ser transparente con sus metodologías y marketing. Educar a las partes interesadas, incluyendo inversionistas, legisladores y medios de comunicación, es fundamental para crear un puente entre las expectativas y la jerga financiera que a menudo abunda en los extensos documentos de metodología. Esto es particularmente relevante para el financiamiento climático, donde la amenaza del "ecoblanqueamiento” o greenwashing es significativa. Sin embargo, la desinversión en compañías de combustibles fósiles es solo un enfoque y no todos los productos “verdes” necesariamente deberían hacerlo. De hecho, el inversionista con conciencia sobre el cambio climático tiene dos opciones:
(1) Desinvertir: alinear las inversiones con los valores propios y enviar una señal que dañe la reputación y que posiblemente reduzca la licencia de operación de la empresa o industria en cuestión.
(2) Comprometerse: mantener un puesto dentro de la compañía para influir en su comportamiento, impulsar cambios de la industria o promover alguna causa en particular.

El apoyar la desinversión no garantiza que esta necesariamente disminuirá el valor de una empresa, sino que representa más bien una declaración de principios del inversionista. Por su parte, el compromiso es una herramienta que sirve para realizar un cambio específico. Dicho esto, más de mil inversionistas institucionales con US$ 11 billones en activos están deshaciéndose de sus inversiones en compañías de combustibles fósiles y algunos aducen motivos como la necesidad de evitar el riesgo de invertir en activos obsoletos. Muchos bancos y compañías aseguradoras también se han comprometido a no financiar ni suscribir proyectos vinculados a combustibles fósiles, lo que inevitablemente ralentiza la expansión de la industria. No obstante, es poco probable que la desinversión repercuta en el precio de las acciones mientras siga habiendo un número significativo de inversionistas que no comparta las mismas virtudes morales. Al final, ambos enfoques son válidos dependiendo de los objetivos de cada inversionista

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Hacia una selección dinámica de factores: S&P ECFR Index

En medio de las turbulencias de los mercados durante 2019, el S&P Economic Cycle Factor Rotator Index se ha mantenido estable. Este índice rota su asignación entre cuatro índices vinculados a los factores de momentum, valor, calidad y baja volatilidad, con el fin de seleccionar el factor más apropiado para cada fase del ciclo económico. Para esto, el índice utiliza una señal que se basa en el Índice de Actividad Nacional de la Reserva Federal de Chicago, un indicador de crecimiento económico de Estados Unidos. Solo en 2019, el índice rotó su asignación a cada uno de los cuatro factores, lo que indica que el ciclo económico tuvo cierta imprevisibilidad y que casi todos los microciclos cubrieron una desaceleración, expansión, contracción y recuperación.

Históricamente, el índice ha pasado regularmente por cada uno de los factores a fin de adaptarse a las condiciones cambiantes del mercado y de realizar asignaciones al factor apropiado. El cambio de asignación más reciente se produjo en junio, cuando la asignación del índice cambió del factor de baja volatilidad al de valor, lo que indica que la economía pasó de un período de contracción a otro de recuperación. El hecho de que el índice mantuviera la asignación al factor de valor incluso después de los recortes a las tasas durante julio y septiembre de este año nos indica que esta estrategia sirve para protegerse contra movimientos significativos en el mercado. A pesar del cierre de posiciones en todo el mercado a finales de 2018, el índice ha recuperado la mayor parte de ese valor perdido durante 2019.

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Ganar perdiendo menos

Exceptuando un par de contratiempos, el mercado accionario de Estados Unidos se ha mantenido en una trayectoria ascendente durante 2019. Hasta octubre, el S&P 500 subió 23%. Lo que es sorprendente es que el S&P 500 Low Volatility Index® superó a su benchmark en casi 3%, con un rendimiento de 26% durante el mismo período. Esto es algo poco común, debido a que el índice de baja volatilidad busca atenuar el desempeño del S&P 500. Sin embargo, observar la trayectoria del S&P 500 para llegar a sus niveles actuales nos ayuda a entender las razones del gran desempeño del índice de baja volatilidad, incluso en un año en que su índice de referencia tuvo rendimientos sólidos. La figura 1 compara el desempeño de ambos índices. Como se puede observar, el desempeño de la versión de baja volatilidad presenta una línea más homogénea. Esto es previsible, pero también vemos que al perder menos cuando el S&P 500 tuvo dos caídas significativas, una en mayo (S&P 500: -6.35%, S&P 500 Low Volatility Index: -0.93%) y la otra en agosto (S&P 500: -1.58%, S&P 500 Low Volatility Index: +2.43%), se requirió un menor esfuerzo para que el índice de baja volatilidad recobrara su equilibrio en el mercado cuando este comenzó a recuperarse.

En su rebalanceo actual, que entró en vigor luego del cierre del mercado del día 15 de noviembre de 2019, más de la mitad de las ocho empresas que abandonaron el índice pertenecen al sector de Finanzas, que redujo su ponderación en 5%. Los que se aprovecharon de esta disminución fueron los sectores de Servicios de Comunicaciones y Bienes Inmobiliarios.

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Destacando la serie de índices S&P/BMV

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María Sánchez

Director, Sustainability Index Product Management, U.S. Equity Indices

S&P Dow Jones Indices

La serie de índices S&P/BMV combina el conocimiento y experiencia local de la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) con los recursos y alcance de uno de los principales proveedores independientes de índices a nivel global, S&P Dow Jones Indices (S&P DJI). Esta productiva colaboración comenzó oficialmente en mayo de 2015 y se adhiere a estándares internacionales. La cooperación entre ambas entidades también permite la creación de nuevos índices para el mercado mexicano en diferentes clases de activos

Los índices S&P/BMV abarcan:
• Acciones: El índice emblemático de México es el S&P/BMV IPC, mientras que otros índices cubren diversos sectores, estrategias y tamaños.
• Renta fija: Los índices de esta categoría van desde indicadores que siguen el desempeño de bonos soberanos hasta bonos corporativos, ofreciendo diversas clasificaciones basadas en vencimientos, tipos de cupón y monedas, así como valores nominales y vinculados a la inflación.
• Volatilidad: El S&P/BMV IPC VIX busca medir la volatilidad implícita durante 90 días del mercado bursátil mexicano.
• Multi-Activos: La serie de índices S&P/BMV Mexico Target Risk incluye índices estratégicos que representan asignaciones de acciones y bonos en un rango de riesgo que va desde conservador hasta agresivo.

Estamos constantemente diseñando nuevos índices que funcionen como herramientas innovadoras y prácticas para inversionistas a nivel local e internacional. A fin de garantizar que los índices sean replicables e invertibles, incorporamos los comentarios y retroalimentación de participantes del mercado. Durante los últimos cuatro años, hemos lanzado un conjunto completo de índices de factores. Más recientemente, lanzamos la primera estrategia multifactorial, el S&P/BMV IPC Índice de Calidad, Valor y Crecimiento. Estos índices podrían funcionar como base para productos financieros, como ETFs entre otros, que puedan incorporarse a estrategias de portafolios de inversión.

Como parte de nuestro compromiso con ESG, S&P DJI ha colaborado con el Consejo Consultivo de Finanzas Verdes (CCFV). Este consejo busca promover el financiamiento de proyectos ecológicos o verdes y generar estándares comunes de sustentabilidad para las prácticas del mercado en México. En conjunto, S&P DJI y la BMV seleccionaron a SAM, empresa suiza de reconocido prestigio especializada en la inversión sustentable, como el proveedor oficial de puntuaciones para desarrollar índices S&P/BMV basados en criterios ESG.

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Desempeño de los mercados de América Latina en el tercer trimestre de 2019

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Silvia Kitchener

Director, Global Equity Indices, Latin America

S&P Dow Jones Indices

El tercer trimestre fue difícil para la región de América Latina. Mientras tanto, los resultados para los mercados a nivel global fueron variados: Estados Unidos cerró el trimestre en un tono ligeramente positivo, Europa en tono negativo y Japón también de manera positiva. Los mercados globales se mantuvieron prácticamente sin variaciones, según la medición del S&P Global 1200.

El S&P 500® cerró el trimestre con un alza de 1.7%, el S&P Europe 350® registró casi el resultado opuesto con -1.6%, mientras que el S&P/TOPIX 150 de Japón subió cerca de 4%. El S&P Latin America 40, índice de primera línea de América Latina, tuvo una caída de 6.3%. El bajo desempeño de la región estuvo determinado por varios factores internos, incluyendo las reducciones en exportaciones, contracciones en los sectores industrial y de servicios, mercados laborales débiles, incertidumbre política, una caída en los precios de commodities y una baja confianza de los consumidores. Factores externos también influyeron fuertemente en el desempeño de la región, principalmente la incertidumbre en torno a las negociaciones comerciales entre EE. UU. y China.

Si bien todos los mercados de América Latina cerraron el tercer trimestre de 2019 con números rojos, al comparar su desempeño con rendimientos basados en dólares (USD), observamos que, con la excepción de Argentina y Perú, todos los mercados de la región tuvieron un desempeño superior o no presentaron variaciones en moneda local. Este es un ejemplo de cómo la depreciación de las divisas puede tener un impacto en los rendimientos. Las mayores diferencias se observaron en Brasil y Colombia, donde el S&P Brazil BMI tuvo un rendimiento de -3.9% en dólares pero de 4.2% en reales brasileños (BRL), y el S&P Colombia Select Index registró -5.7% en dólares pero un decente 2.3% en pesos colombianos (COP). El principal índice de referencia mexicano, el S&P/BMV IPC, generó un rendimiento total de -2.6% en dólares, pero prácticamente no presentó variaciones en pesos mexicanos (0.2%).

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