Esta mañana, un artículo del Wall Street Journal señaló que “Los fondos que replican índices son los nuevos reyes de Wall Street”. Esta coronación y artículos similares sobre el “fin de una era”, estuvieron motivados por los datos de Morningstar que muestran que, por primera vez, los activos invertidos en fondos mutuos y ETFs que siguen el desempeño de índices son mayores a los AUM de los fondos de gestión activa que buscan superar el desempeño del mercado. Como proveedores de índices, nos complace ver el grado de aceptación de nuestros servicios por parte de los inversionistas, pero, al igual que el César, renunciamos a la corona.
De cualquier forma, es importante entender el alcance de nuestro supuesto dominio. Los datos de Morningstar se basan en los activos en administración de fondos mutuos y ETFs. Este es un conjunto de datos muy popular porque es de fácil acceso: los fondos están obligados por ley a informar sus AUM. Los fondos de pensiones, los endowments, las personas, etc., no tienen dicho requisito, al menos no de manera continua. Como señala el artículo de WSJ, los fondos mutuos vinculados a índices, si bien representan 50% de los activos de fondos mutuos y ETFs, abarcan solamente 14% del valor total del mercado accionario de EE. UU.
Este valor se condice con nuestra propia investigación, que sugiere que la inversión basada en índices representa entre 20% y 25% del mercado de valores de EE. UU. Aun así, esta cifra continúa siendo destacable, considerando que los fondos que replican índices no existían hace 50 años. Sin lugar a dudas, el crecimiento de la inversión basada en índices es uno de los acontecimientos más relevantes de la historia financiera contemporánea.
La inversión basada en índices nació porque la gestión activa prometió más de lo que cumplió, como lo han demostrado de manera consistente nuestros Scorecards SPIVA. Los desafíos de la gestión activa en los últimos 50 años son probablemente un producto de su éxito en décadas anteriores. La inversión activa es intrínsecamente un juego de suma cero: la única fuente de desempeño superior de un inversionista es el desempeño inferior de otro. En el momento en que dominaron los mercados globales, se hizo imposible para los inversionistas profesionales superar como grupo el desempeño de los índices.