El cierre de 2018 tuvo un gusto amargo para el S&P 500® , que solo en diciembre cayó más de 9%. Este retroceso tuvo como resultado el primer rendimiento negativo del S&P 500 (TR) en un año calendario (-4.38%) desde la crisis financiera de 2008. Mientras tanto, el índice S&P 500 Dividend Aristocrats® , que busca medir el desempeño de las compañías dentro del S&P 500 que han elevado sus dividendos durante los últimos 25 años consecutivos, tuvo resultados relativamente mejores en 2018, aunque igualmente terminó con números rojos (-2.73%). El mejor desempeño de este índice con respecto a su benchmark nos llevó a explorar las características de protección contra caídas de las estrategias de crecimiento de dividendos en relación con el mercado general de renta variable. Adicionalmente, nuestro objetivo es determinar si este desempeño superior en un año a la baja es normal para las estrategias de crecimiento de dividendos o si lo ocurrido en 2018 fue una anomalía.
Desde el cierre de 1989, ha habido seis años calendario en los que el S&P 500 ha tenido un desempeño negativo. En todos estos años, el S&P 500 Dividend Aristocrats superó a su benchmark de renta variable por un promedio de 13.28%. De hecho, el índice generó un rendimiento total positivo en tres de esos años